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CRISIS EN (DE)LAS CIENCIAS SOCIALES (*)



 

                                                                                                                                                                Juan Varela Reyes (**) 

                                                                                                                            “Sólo en un orden de cosas en el que ya no 

                                                                                                                            Existan clases y antagonismos de clases, las 

                                                                                                                            Evoluciones sociales dejarán de ser 

                                                                                                                            Revoluciones políticas. Hasta que ese 

                                                                                                                            Momento llegue, en vísperas de toda 

                                                                                                                            Reorganización general de la sociedad, la

                                                                                                                            Última palabra de la Ciencia Social será

                                                                                                                            Siempre: el combate o la muerte. la lucha 

                                                                                                                            Sangrienta o la nada. Así está planteado 

                                                                                                                            Inexorablemente el dilema” 

 

                                                                                                                            (K. Marx: “Miseria de la Filosofía”)

 

A manera de presentación:

                  En el contexto de la conmemoración de los 50 años del golpe civil – militar en Chile, se torna pertinente la pregunta sobre lo que nos ha ocurrido en este medio siglo con nuestra vida social y colectiva. Sin dudas, el signo más evidente son los cambio significativos que se han producido, como resultado de la aplicación y mantención de un modelo neoliberal – capitalista en los distintos ámbitos y niveles de la realidad: en lo económico, lo político, social y cultural. 

                  No es la intención de esta reflexión realizar una suerte de ejercicio de inventario de los principales hechos y acontecimientos ocurridos, más bien queremos provocarnos y provocar una reflexión sobre las luces y sombras  - en este largo caminar – que han orientado las explicaciones y comprensiones que, desde este presente, nos permitan hacernos la idea del pasado y del papel que le ha cabido a las ciencias sociales en la tarea de iluminar críticamente aquello que ha ido sustentando un presente, signado por la instalación de un modelo neoliberal capitalista que abarca y domina todos los niveles de nuestra realidad social. 

                  Nuestra preocupación, en el sentido de tratar de explicarnos el camino recorrido, decíamos, está ligado al papel de las ciencias sociales en la producción de un pensamiento propio, en dos direcciones. Por una parte, comprender, y con cierto grado de urgencia y necesidad, los avatares explicativos que permitan, dentro de esta presurosa realidad que tenemos, conocer con cierta certeza, los nudos que hay que ir desatando para enunciar, provisoriamente, los caminos que hay que ir haciendo para esbozar algunas alternativas que hay que priorizar y proyectar como puntos de llegada, por ahora tácticas y, consecuentemente lo que hay que dibujar en el sentido estratégico de nuestro caminar. Consecuente con lo anterior, la segunda ruta orientadora es preguntarnos sobre las posibilidades de un pensamiento que nos permita aportar a la movilización de las conciencias populares y su organización. Junto con ello, otro elemento importante: las razones que debemos considerar para movilizar y organizar la conciencia popular. Razón y conciencia se relacionan íntimamente (dialécticamente) para re – emprender todos los días la tarea de construir la historia de los que estamos y vivimos del otro lado de la vía. 

                  Se torna pertinente decir que nuestras búsquedas, explicativas y comprensivas, , se ubican en un contexto general, que es el eje orientador de nuestras indagaciones y que le otorga sentido y significación . Ese contexto lo podemos precisar brevemente: se trata de la idea de totalidad. Concepto poco considerado u olvidado. Su lugar lo han venido en ocupar otros que, muchas de las veces, son poco precisos y han encaminado las reflexiones por vías poco claras y que generan dispersión, un ejemplo de ello es el concepto de diversidad que, teniendo una carga afirmativa sobre su significado, en ciertos casos ha contribuido a la fragmentación de las explicaciones, en donde causas y efectos aparecen trastocados.

                  La totalidad que consideramos como ordenadora de nuestras realidades es el capitalismo en lo general y su crisis, en lo más específico. Crisis que acompaña al capitalismo desde su génesis, su desarrollo y su esperada disolución. Consideramos que es la crisis capitalista la totalidad ordenadora, pues en éste se desarrolla no tan sólo la producción de bienes para la satisfacción de las necesidades de los hombres y mujeres, sino también las relaciones sociales inherentes a todo sistema de producción, como plantea Marx: “El proceso capitalista de reproducirse , no produce, pues, sólo mercancía, ni sólo plusvalía. Sino que produce y reproduce la relación capitalista misma: el capitalista por un lado el trabajador asalariado por otro” (1)

                  La idea de totalidad nos remite, entonces, a la necesidad de considerar los fenómenos y problemas sociales como algo en permanente conexión y relación, no tanto como una afirmación determinista, sino como expresión de una correspondencia dialéctica; relación producida y reproducida en el núcleo del capitalismo: el proceso de producción de bienes y mercancías. 

Ciertamente, también, las ciencias sociales, en nuestras sociedades latinoamericanas, están en un estado de crisis, cuyo rasgo principal ha sido el desmontaje ideológico que se ha realizado de su tarea principal: el develamiento de lo oculto, de aquello que está detrás de las luces de neón de un modelo, neoliberal – capitalista que es omnipresente en todos los ámbitos de nuestra vida: lo social, lo político, lo cultural y en lo epistemológico, particularmente, en donde el positivismo se ha transformado en la principal corriente epistemológica a la  hora de dar con las necesarias explicaciones. 

 

I.- La Realidad Social

                  Brevemente, entregaremos algunas luces sobre los principales rasgos que conforman nuestra realidad. Vivimos en una sociedad que, durante los últimos 50 años, ha cambiado y se ha transformado, como resultado de la imposición y mantención de un modelo neoliberal – capitalista, cuyos rasgos o elementos más relevantes, han sido:

                  Una sociedad neoliberal – capitalista, cuyo principal   propósito – desde su instalación y mantención en nuestra historia reciente – ha sido y es mantenerse y reproducirse y, para ello su principal tarea es la producción exacerbada de bienes y mercancías, las cuales se transforman – en aquel especio real/simbólico, el mercado – en la razón de existir de una sociedad y de los individuos que la conforman y cuyo sentido de la vida ha sido jibarizado sólo al hecho de tener. En la actualidad, ese proceso ha dado un paso más allá: producir necesidades. Necesidades que perforan los niveles de la subjetividad, construyendo nuevos sujetos y significados. Estas nuevas subjetividades, fundamentadas en el proceso de producción de mercancías y necesidades han dado paso a una circularidad del proceso; ya no se trata de procesos unidireccionales, sino también de una aparente dislocación de la racionalidad capitalista; ahora se unen dialécticamente producir y consumir, vale decir: producir para consumir y consumir para producir. 

                  En este proceso, es importante resaltar el papel que le ha cabido a la moda, a lo novedoso y su comunicación con las aspiraciones de los individuos, generadas por esta vorágine capitalista. Esto ha tenido un perverso efecto en la conmemoración de los 50 años del golpe civil militar, cuya evidencia más nítida la vemos en el negacionismo de la memoria, en donde se pretende que todo lo novedoso subsuma y oculte las verdades de lo ocurrido durante los 17 años de la dictadura civil militar, con lo cual se persigue el objetivo de instalar y mantener el olvido social, como parte importante en la conformación de las nuevas identidades que se han ido construyendo. 

Una sociedad capitalista que necesita de la exhibición y, consecuentemente de la competencia, la necesidad de exhibir todo: el mundo de la vid cotidiana y. por supuesto, los sentimientos y las emociones, deben ser exhibidas para la avidez carroñera de los medios de comunicación las diseccione y las exhiba. Es lo que algunos sociólogos han venido en llamar la “sociedad del espectáculo” 

Toda la vida de las sociedades en que reinan las condiciones modernas de producción se anuncia como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo que antes era vivido directamente se ha alejado en una representación. (Debord, 1967, p 7) (2)

Una sociedad chilena (y capitalista) en donde todo se cosifica, hasta el mundo de las relaciones sociales, familiares están cruzadas por esta racionalidad neoliberal, en donde todo se objetiviza y se transforma en objeto. Dicha objetivación y cosificación le hace muy bien al positivismo, el que, de esa manera puede explicar a partir de lo que se ve y experimenta, pero aquello oculto, invisibilizado no se toma en cuenta, como, por ejemplo, el sentido y significado de la vida. (3)

                  Una sociedad que, para asegurar su dominación ideológica ha desmontado casi todos los elementos culturales que configuraban los principales rasgos de las identidades que pueblan nuestra geografía, instalando en su lugar un aparato simbólico (tener), cuya racionalidad, la competencia y el éxito, vacía los contenidos históricos, culturales, políticos que establecían los proyectos individuales y colectivos, para instalar esa nueva racionalidad, fundada ahora esa nueva, poblada de individualismo y de una lucha de todos contra todos. 

II.-Las Ciencias Sociales y la Epistemología neoliberal.

                  Entendemos la epistemología como la rama de la Filosofía que tiene que ver con la construcción de conocimiento, para transitar desde un punto determinado de la vida, individual y social, a otro, a partir de un proceso que da como resultado conocer y comprender que, en tanto tales, somos resultado de una acción social determinada; pero también somos actores que construimos nuestras propias historias y que tenemos, por tanto, el derecho y el deber de construir nuestras realidades, para hacerlas mejor y vivibles.

                  Desde aquello podemos decir, entonces, que el neoliberalismo capitalistas, en tanto modelo de acumulación, omnipresente en todos los ámbitos y niveles demuestra realidad y que, por tanto, sostiene que la forma de explicar las realidades y las formas de construir pensamiento social también es un campo que debe estar ordenado por los mismos criterios o leyes con que se genera el modelo, en lo económico, en lo político y en lo social, es decir, criterios positivistas, fundados en aquello observable: el dato, la cifra, en suma, lo dado. 

                  Una cuestión central para considerar que los problemas, los hechos los acontecimientos surgen en un momento y en una materialidad determinada y, por tanto, tienen una historia. El propio capitalismo, con sus problemas, sus avances y contradicciones, surge en un momento específico del desarrollo de la humanidad, se desarrolla y debe, en algún momento, desaparecer. 

                  La epistemología neoliberal tiene como uno de sus fundamentos: sólo podemos construir un pensamiento a partir de la experiencia, de la observación y dar cuenta de ellos y de sus efectos y causas, a través de datos y cifras, dejando de lado, como exigencia, el pensar en su transformación y cambio. Considerar el conocimiento como un mero adorno (“un bonsái”, como dijera el maestro Zemelman), como simples datos, objetos o cosas, es decir, como si ellos surgieran por si solos, sin la consideración de las circunstancias históricas que lo hacen posible. 

                  Por ello la negación de la historicidad, abstrayendo la lógica de la investigación de su contexto de génesis, desarrollo y disolución se ha convertido en la constante del pensamiento neoliberal. 

                  En la producción de conocimientos sobre la realidad social siempre existe una relación estrecha entre aquello que se quiere conocer y el rol del que investiga, aquello que comúnmente se conoce como la relación entre los sujetos que participan de dicho proceso. En la epistemología neoliberal el conocimiento se concibe sin considerar al sujeto cognoscente, ya que como decíamos anteriormente el conocimiento sólo es producto de procesos de experimentación individuales, considera sólo UN sujeto: aquel que tiene la “capacidad” de la observación. Partiendo de allí las condiciones de posibilidad del conocimiento descansa en lo individual y no en la estrecha relación entre los distintos actores que participan y actúan en la realidad social 

III.- Las acusaciones epistemológicas neoliberales

                  Una primera acusación neoliberal, que ha instalado en tanto modelo de acumulación del capitalismo,  es que toda ciencia tiene la capacidad de predecir eventos o acontecimientos futuros. En ese sentido ella plantea que las ciencias sociales carecen de dicha capacidad. Sin embargo, hoy, a pesar de los distintos presupuestos, como punto de partida, no han escaseado las advertencias sobre los costos sociales, ecológicos y culturales de las estrategias de desarrollo capitalista que se han impuesto en Latinoamérica.

                  Una segunda, al momento de asumir la construcción del conocimiento el investigador debe tomar distancia con respecto al objeto de conocimiento, es decir, lo que se pide desde una postura neoliberal es la objetividad y, por tanto, una posición de neutralidad respecto de lo investigado. Ese es el mandato neoliberal. Sin embargo, las posibilidades de las ciencias sociales para conocer e incidir en lo social siempre están mediados por la carga de valores que todo conocimiento implica, fundamentalmente porque en ese proceso se afectan intereses determinados, de un parte algunos sostienen que conocer sólo significa observar y no cuestionar los intereses que están en juego. Por otro lado, conocer implica una tarea: actuar para transformar aquello que se conoce. 

 

IV.- Teoría vs Epistemología. 

                  En la construcción de un pensamiento alternativo se ha ido generando una suerte de confusión entre lo que el profesor Hugo Zemelman ha planteado: pensar teórico versus pensar epistemológico. (4)Esto se refiere, fundamentalmente a los procesos de significación de la realidad. Para dar significado a algún fenómeno o problema de la realidad, social y política, recurrimos generalmente a conceptualizar dichas situaciones. Pero ¿qué ocurre cuando nuestros conceptos están desfasados de la realidad? Cuando ello ocurre, siempre ha sido teórica, es decir, recurrir a una nueva definición teórica. Y es ahí donde radica, para el profesor Zemelman el problema. 

                  Nos hemos acostumbrado a pensar siempre desde la teoría, desde lo dado. Todas nuestras explicaciones sobre la realidad las hacemos teniendo en cuenta lo que ya se h dicho. La tarea, según el profesor Zemelman, es pensar desde las preguntas, no desde lo dado, sino desde lo epistémico. Si nuestras conceptualizaciones se desajustan de la realidad, entonces la tarea es hacernos nuevas preguntas, nuevas interrogantes. 

                  La epistemología, decíamos, tiene que ver con la tarea de construcción de un nuevo pensamiento. En cambio, la teoría, tiene que ver con las formas como contemplamos las realidades que queremos conocer para transformar. 

                  A partir de ahí, nos preguntamos, ¿cuál es la crisis de las ciencias sociales?, ¿de qué hablamos cuando mencionamos crisis? Creemos que la crisis que enfrentamos no es una crisis que tenga que ver con las metodologías que ocupamos para construir conocimientos. La crisis tiene que ver con los contenidos que queremos conocer de las realidades por las que atravesamos y que son más evidentes en Chile, después de 50 años de gobiernos neoliberales, que sólo han profundizado y exacerbado las contradicciones del capitalismo. Una crisis que, en lo económico, ha significado el reconocimiento que la “promesa capitalista” de la igualdad no ha sido posible. 

                  Una crisis que también tiene que ver con las respuestas que hemos venido dando, durante estos 50 años, por parte nuestra, de la Izquierda Revolucionaria. Tenemos que apostar, junto con la apuesta de las transformaciones económicas, una transformación de la racionalidad, cultural, política, ideológica. Por un cambio en las relaciones entre los habitantes de este suelo. Sin ello, seguiremos haciendo los caminos cortos de los “arreglos políticos”, de las alianzas espurias. Debemos trabajar por la construcción de un conocimiento que nos permita transformar radicalmente todas las condiciones de vida. Es decir, considerar la totalidad de la situación y no tan sólo las diversidades que hemos asumido por separado, desgajadas de el problema principal que tenemos: el capitalismo. 

 

 

 

 

 

V.- Algunas conclusiones a manera de desafíos

Esta realidad, que se ha ido configurando a lo largo de 50 años de neoliberalismo capitalista y de todos sus efectos , ha puesto encima de la mesa problemas inéditos que buscan soluciones inéditas.

·       La necesidad de generar conocimientos centrados y, teniendo como punto de partida el tener en cuenta lo nuevo, es decir en aquello que el capitalismo ha ido desarrollando para superar la crisis que le ha sido consustancial a dicho desarrollo. 

·       Un conocimiento valorado por su utilidad, y no para ser exhibido o para calmar los efectos de un capitalismo salvaje, o para considerar las parcialidades solamente. 

·       Un conocimiento crítico y cuestionador que no sea una suma de fragmentos de la realidad, sino que apunte a develar la totalidad de la crisis del capitalismo y los esfuerzos que hace de forma permanente para superarlas. Un conocimiento que pase por nuestro intelecto, nuestro corazón y nuestros estómagos. 

·       Un conocimiento que nos permita saber lo que queremos como futuro posible, pero que, valoricamente nos permita querer lo que sabemos 

·       Que nos permita descubrir las trampas y las inversiones neoliberales. Descubrir la necesidad de darle contenidos a aquellos conceptos que se han ido transformado en meras consignas que sólo han servido para aquietar nuestras conciencias. 

·       Un conocimiento que considere develar lo oculto, aquello que es invisibilizado por las máquinas del poder ideológico de la dominación y que nos permita siempre sospechar de lo que hay detrás de las luces de este neoliberalismo salvaje. 

 

 

Muchas gracias. 

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